Las arrugas del rostro
La mujer por mandatos y educación familiar suele ser dadora, es la que hace todo y siempre puedehacer más, el resultado es que se va resintiendo su ganas de dar y al final se estalla por la última gota que cae en el vaso . Y a veces no es con la persona que recibe si no con otras, la angustia que produce el dar en demasia no se compensa en el interior, y puede producir tristeza o agresividad contenida.
Poner limites esta bien, ya sea en el matrimonio, trabajo o con los hijos, no se debe llegar al punto de explotar o de la angustia porque esto no es saludable y enferma.
Aprender a pedir y a decir no puedo es fundamental y en general la culpa es propia puesto que cuando uno dice bueno, si, yo lo hago... el entorno se acostumbra y hace uso de ese beneficio. No digamos como en el libro de Simone de Beauvoir y mañana digo basta... porque mañana nunca llega!!!
Aprender a decir no puedo, hoy no!!!!
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma. (Simone de Beauvoir)
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